Una Vez Más



Me ha asaltado una verborrea incesante, la que le falta a mi hermano desde hace un tiempo sumada a la que no tuve hasta antes de ti. Soy una comparsa gris en medio de un carnaval, el más notable aún sin luces ni brillos.

Una luciérnaga, que lenidad más grotesca sería tan sólo sentarse y vivirla un segundo de contemplación. Que gloriosas vestiduras, que luminiscencia divina e irrepetible (Mientras tras de mí dos jóvenes se besan con sabor a rutina), se acerca inocente a mis dedos celadores y obsesivos.

Debo dejarte vivir, revoloteando sin rumbo sobre mi frente, libre de tomar tu silencio enamorado y llevarlo fuera de mí, y es que en estas vidas nuestras mi figura no significa más que una tormenta indómita.

Una sonrisa, es ella, la mujer que hace de mi nombre una canción cuando lo pronuncia cada noche antes de que, inmaterial, me cuele entre sus sábanas para custodiar celoso sus sueños. Una mirada, es ella, la ninfa de las flores, la dulce impetuosa que desató mis labios una noche de Marzo, entre bendiciones capitales y pecados de sal olvidada. Protégeme de ti, de tu inmensidad angustiante, de la ausencia que siembras en medio de las tenebrosas manos de la penumbra fría y desconsolada, y es que tu extrañamente coincidente lejanía es como una hoja de escarlata y naranja que acaricia mi pecho con expresión perturbadora y desdichada para luego desatar en mí la locura que significan tus besos.

Dulce verdugo, ¿qué ingrediente aliña tu extraño sabor a espiga interminable?, ¿quién parió la estrella que ilumina tu ser impetuoso e indescriptible?

Besa mi frente, márcala con tu nombre para siempre.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Atada a ti con un lazo invisible que lo disfraza de inofensivo pero que no puede ocultar lo que es: asfixiante y enfermizo aunque paradójicamente anhelado.

A veces huyo a mi mundo perdido que aprisiona mi esencia y desaparezco un rato, me refugio en sus cálidos brazos y me dejo querer por mi tristeza obsesiva y por mi impulsiva amargura tratando de desteñir lo q has coloreado con tus ojos, tratando de olvidar lo inolvidable.

Nada que hacer…perdida en ti…