Silencio




Fuera de mí brilla el sol que parió la primavera, no tengo motivos para detener su paso.

Cuando llueve los sueños te tocan, el afán irrefrenable por tocar el cielo se hace real, corpóreo.

No tengo motivos para detener su paso, estoy cansado...cansado del silencio, cansado de la soledad, cansado de dormir y despertar sin ti, cansado de extrañar tu aroma, tu piel blanquísima, tu suavidad inherente.

Sé que el tiempo pasará, que volverás a estar aquí, no es el tiempo lo que me agobia, es la distancia. La distancia es irrenunciable.

En mi pecho duerme tu aliento, tus mejillas deliciosas, tus dedos tiernos y quietos, blancos y perfectos, en mis labios descansa la vida que vertiste en ellos esa noche de luna llena en que nos besamos por primera vez.

Recuerdo tu aroma de esa noche, tu voz susurrando pequeñas muestras de amor, tus labios pequeños y dóciles, blandos y dulces, ambrosíacos frutos de olímpicos viñedos. No dormiste, amor, te sumiste en la contemplación de mi breve sueño. Fuimos el hogar de los sueños, la mansión incógnita en que habita la magia, fuimos la morada del silencio enamorado...¿dónde habita la gloria del amor cuando no puedo besar tus labios, cuando la noche yace caída y tus idilios vuelan libres por el universo?

Quisiera besar tus dedos, tus muslos, dormir aferrado a tu cintura, morir y renacer en la eterna vision de tus ojos miel, quietos como la noche, cálidos como el abrazo que nació de tu cuerpo cuando los viñedos estelares se disiparon, cuando las espigas de Dios tocaron las mesas que guardaron la esperanza.

No quiero más espera, amor...3 horas y 15 minutos para que llegues...

Te Amo María de los Ángeles...eres el amor de mi vida...


Saludos Kari...¡¡dame el blog que te pedí!!