MARÍA DE LOS ÁNGELES


Noche, una y veintiséis de la madrugada, me dan vuelta las imágenes de Bugs Bunny que, sin duda, evocan "Las Bodas de Fígaro". Fotos, las de nuestros viajes, tu sonrisa aquí, tu sonrisa allá, en Calbuco, Puerto Montt, Castro, Achao, Dalcahue, quizás donde más...¡en Lota!, en ese parque magnífico camino del cual me dabas el título de "Turista".

La camisa negra sigue allí con sus botones pulcramente abrochados...triste, antes me agradaba, ahora, tan ceñida a mí, la odio. Tengo frío...tengo sed de tus labios, hambre de tu risa, la noche se vuelve la apremiante extensión de tus dedos en medio de la pequeñeces que me hacen llorar como un niño...te necesito, sea como sea, te necesito aquí. La vida no es justa, ni aquí ni en las lejanas tierras de Oriente...yo me quejo aún teniendo la seguridad de que, antes de querer tomar el tren hacia los sueños que aspiro te traigan a mi lado, me llamarás llena de ternuras y amores desbocados.

Mírame María de los Ángeles, ¿me reconoces?...sí, soy yo, tu dulce amor, tu alegría, lleno de desdicha y de anhelos...heme aquí, lleno de lunas que me besan devotas y entregadas, impasible, las hago cruzar ese umbral opaco y desaliñado, las glorias de los cielos no me bastan, sólo tu primorosa versión del paraíso...nada me basta, sólo tú.

¿En qué estrato incomprensible se baña tu pensamiento?, ¿en qué mar de azures irreales tu cuerpo busca el abrazo de mis dedos alocados, la humedad de mis besos conquistadores?...heme aquí, postrado de ánimos incipientes y líneas descolgadas del metódico sable de los armoriales. La expresión de tus labios, tu locura desbordada de amores, tu frente, magnético lienzo de jaspe victorioso y martirizado, todo...cada recuerdo, cada momento, cada palabra y cada objeto tiene tu aroma dulcemente inevitable, tu realeza blanquecina, tus campos de oro, tu irrepetible voz que desgaja mi voluntad como una niña que muerde una fresa madura...

Míralas, míralas serpentear torpes como la brisa que no llega a tu rostro, míralas galopando con paso jamelgo y flaco...¡no podría el cielo mismo soportarlas luego de ver tu andar quieto por tus viñedos dormidos y exuberantes! Y así el cielo se viste cada noche y cada noche he de quitar las miradas que tantos crepúsculos de soledad me hicieron jurar a la desesperación.

Mírame María Ángel, esencia de la dulzura, mírame y devuelve a mis ojos la alegría de los tuyos surcando imposibles para amarme...mírame violenta belleza, mírame caer a la vera perfumada de tu espalda entregada a mis amores y dame la vida en un temblor deseoso de tu aliento...

Dime que me amas, no calles, dímelo en medio de la furia de tus dedos arrogantes e imperiosos, dímelo en la ternura rúbrica de un beso agitado. Dime que me amas, con la voz dormida y el corazón impetuoso...

Heme aquí, amándote...a tu lado, a tu voluntad...



Te Amo Dulce María Ángel, Te Amo con toda la fuerza de mi corazón...
Gracias a todos quienes te aprecian de alguna u otra forma, gracias porque te demuestran ese cariño que sé que mereces...

Ángel, te admiro mucho, eres una gran mujer y obvio Feliz Cumpleaños y que Dios te bendiga éste y todos los días de tu vida...