He llegado al fin
tiempo en el timepo,
agua en el agua,
tierra y valle frío
aroma a pan caliente,
hombre sobre lomo de caballo
sonrisas y abrazos
- ¿Cómo estás?
- Bien, gracias
- Estás más flaco
- ¿Sí?
- ¿Pasaste hambre?
- No.
- ¿Estás enamorado?
- Sí - mientras me asalta una sonrisa-
- ¡Eso si te lo creo!

Tango, la sonrisa de mi madre,
orgullosa de tanto esperar
- ¿Cómo se llama?
- María de los Angles
- Que lindo nombre

La estufa me abraza con calor vacío
mezcla inconfundible
ñire lenga y conquista
¿y el amor de tus brazos?
silencio, no oigo tu voz,
no huelo tu aroma,
no oigo tu voz,
no siento tus caricias.

La cordillera está celosa,
el río Simpson, la casa de don Hugo,
el arollo sin nombre, la yerbabuena,
silecio, no oigo tu risa
golepando el portal de la eternidad,
¿ Es que mi amor primordial
teme perderme?
¿o es que intenta encadenar
el influjo de mi pequeña poesía?

Cuando vuelva a ti,
cuando se cierna lo definitivo,
las líneas ebrias del pasar humano
llorarán mi partida,
de las heridas sangrarán himnos,
orgullos y banderas,
del cielo heladas maravillas,
porque te amo y te amaré
como ama el croazón
de mi patria desconocida,
¡Patagonias libre!
¿Por qué sufres llagas tan antigua?


Amor, si vieras la pampa magnifica,
las tropillas y las columnas polvorientas,
si olieras la frescura de la lluvia,
si te abrazara la poderoza tormenta,
si tocaras la piedra fría y desnuda,
si contemplaras el vigor metálico
de las magnificas aves
que beben la sanger negra de la tierra,
amor de mi amor,
si vieras a mi hermano
moviendo sobre bestia rugiente
el pan anochecido de su mesa.

Ven, toma mi mano,
beberemos aguas de los saltos furiosos,
dormiremos sobre el manto más bello,
surcaremos la selva del puma,
los lagos virgenes que parió el ventisquero,
ven, toma mi mano,
lameremos las heridas del coigüe y el nirre
que dejó el fuego poderoso del colono,
beberemos la sangre del aonikenk,
el legado austero que huyó del genocida.

Ven, toma mi mano corazón de mi corazón,
dormiremos en los valles que bañó la voz,
que despejaron los soplidos del acordeón
y los acordes de la guitarra,
dormiremos bajo la ardiente escarcha,
allí, en el corazón de la más salvaje belleza.


Ven, amaremos enloquecidos
los vientres de mi tierra sin final,
la amaremos sollozando
antes del viaje y la fuga,
antes de amarnos eternamente
lejos de su magnífica belleza,
lejos de su magnífica belleza.