Amor Victorioso de Caravaggio.
No siempre podemos ser el centro para los demás y eso nos duele, pretensiosos cobardes, pretensiosos megalómanos. Cómo duele darse cuenta de que los errores dibujan decepciones.
Quizás para ti, el que se equivoca último se equivoca mejor (o más gravemente). Quien cogió la tela y la pintura, quien golpeó con trazos la blancura del lienzo no fui yo, yo sólo di el matiz de sensatez, la herida la hizo el puñal de tu voz, de tu "sincera" división.

Aunque más allá de las altas cumbres se dibujaba el silencio, ecos de muerte revoloteaban entre tus pies pequeños, callabas, sin saber la razón de las danzas estremecedoras en la orilla, callabas y de tus ojos brotaban manantiales de vida horrenda, callabas, pequeña hipócrita, sin saber que el mundo te visitaba cada noche para buscar en tu boca el rastro de besos pasados, callabas, pequeña mentirosa, sin saber que el mundo conocía los caprichos almibarados de tu pecho.
Dormías suspendida de la nada, negaste las nubes que cubrían tu pecado más oculto, ¿para qué hacer de las caricias llanto?, ¿para qué negar el manto que el cielo dibujó para cubrirte?
Dulzura inconclusa, ¿en qué sitial de la noche perdiste el corazón?, ¿en qué recuerdo, en qué beso olvidado? Éramos libres, pero no sabes de vida sin cadenas, éramos libres de huir más allá, donde sin penumbras se dibuja la mañana imperecedera, éramos libres de oír a la marea en nuestro despertar, éramos libres, pero tus dedos se cristalizan en la piel esclava, en el amar encadenado y sediento, éramos la mar, éramos el aire y las estrellas, éramos todo y éramos nada, almíbar sobre océano, universo sobre la mirada ajena.
Dos días, tal vez tres, pequeña belleza inconclusa, ¿dónde dejaste morir a tu corazón?, en la mañana, en la noche, en el cielo, en el lecho que te regalaron las estrellas aquella noche olvidada de noviembre. Callabas, pequeña corola enardecida, callabas las verdades más etéreas, callabas los alientos, callabas la caricias, callabas los besos inocentes.
Dejaste morir a la orilla del más furioso caudal, cada lágrima deliciosa, ¡pecado inolvidable!, ¿de qué derecho te ungió la serena Diosa para voltear la mirada?, ¡cállate ya!, ahora sólo se oirá mi voz, nada más, ni el mar que te dibujé, ni la marea que canté vencida a tus pies, nada más se oirá, sólo mi voz muda y vehemente, tan sólo mi silencio furioso.
Pequeña belleza dormida y fría, ya no son tus pies altares de suavidad salina, si he de beber tu sangre frente al cielo ennegrecido, que sea ese mi destino de locura inimaginable, si he de caer como bestia sobre tu piel amarga de anhelos oscuros, sea mi destino inevitable. Mil voces cantarán mi victoria, pequeña musa de sombras ignotas, mil banderas oscurecidas guiarán tu triste caída.
¿Dónde sembraste rencores refulgentes y amarillos?, ¿fue en mi corazón o en mi memoria?, ¿fue en el inminente torrente de mi poesía herida?
¡Oh!, fructífero ¿verdad?...no. Sólo que a veces ustedes mismos me inspiran a hacer cosas grandes o pequeñas, a escribir en la luz o en la oscuridad. Sí, está bastante crudo lo que escribí, al menos a mí me parece así porque generalmente busco mucho los idilios. Bueno les presento mi lado "B", no es más "B" que otros lados "B" que habrán visto por ahí, pero es igualmente "B".
Saludos para todos, la verdad esto del lado "B" me agota un poco. Igualmente es bueno recordar a familiar y a familia, a mi mamita bella, a los niños de la casa que nunca me visitan, quizás si los pelara se pasarían en mi blog, a Laurita que parece que se la tragó la tierra o el mar, a la negris, a Alex (is) que debe estar en termodinámica, a Vex que debe estar estudiando algo de eso que estudian los médicos, a Yerko y Camayo, a Finta. A la Sally. No sé quién se me escapa. ¡Ah! la Pauli.
Eso, gracias por los comentartios y que sean muchos y que sean, además, comentarios "B".
Los quiero.