Te Extraño


Desconozco en términos prácticos la distancia que nos separa ahora...pero de seguro son miles de kilómetros...esta loca imposibilidad que dan las circunstancias y la intensidad de la necesidad me hacen, por lo menos, odiar la razón de las magnitudes. Puedo vivir estas horas sin ti, es muy probable que no muera por tu ausencia o por la soledad a la que has sometido a mi cama, pero si me apuras, como diría Solavarrieta, te aseguro que a pesar de que mi vida no corra peligro no tengo ni la menor intención de estar solo.

Está bien, no corro peligro, pero no es eso motivo suficiente para revelar frente a ti mi conformismo. La obsesiva forma en que la tiránica Exterminia intenta alejarte de mí no hace más que alimentar mis ansias por correr hasta tu ventana y luego de mil llamadas pidiéndote que asomes aparecer como la imagen de un espectro ante tu atónita mirada. No me pidas que sea displicente en esta situación en que la injusticia se cierne sobre mi cabeza. No es la forma en que un partisano hace las cosas, ante la forma en que esta señora (que tal vez es un poco diferente) te protege de mis sucias garras no me queda más que luchar feroz y ciego.

Te extraño, estoy tan cerca de ti...a pasos de ti, a una fría y desolada caminata se encuentra la razón de la gloria...tú, amor de mi vida, estás donde duerme el silencio, en el seno de un lugar que jamás antes noté y que ahora se transforma en el centro absoluto de mi universo...si eres mía no entiendo el porqué de esta tediosa lejanía. Allí estás, sentada frente a las victorias que bendijo con su brazo guerrero el mismo universo, esperas un qué sé yo, al más puro estilo de un clásico tango...no sé qué es lo que buscas y tampoco entiendo el motivo de tu espera. No soy yo, yo estoy aquí, siempre presente, como la memoria, pero no me miras ni te acercas a buscar en mis labios un sorbo de lujuria nebulosa. Quizás esperas que el mundo duerma para secuestrar mis reacciones y acercarme de súbito a la gloria de tu presente y viva majestad. ¿Qué sé yo?...yo sólo espero una mirada, pero tú no me miras...

Te extraño y de tanto anhelarte siento como flaquea mi propia seguridad...ahora mismo lucho contra lo probable y me doy cuenta de que no importan los reportes médicos ni los programas acerca de la inexpugnabilidad de la vida...si no estás conmigo corro riesgo de dormir y no despertar más, de visitar el cielo de perritos para despedirme de "Cheo" antes de descender al mismísimo Averno. Mucho no puedo hacer...llamarte sería perturbar tu reflexión y aparecer frente a tu ventana despertaría tu encono...quizás deba caer, como me lo dicta el poderoso influjo de un fatalismo que surgió con poder telúrico y que no se detiene...

Amor, intentaré mantener la vida hasta mañana, cuando se cumpla una vez más la dulce promesa de nuestro encuentro...

Yo Te Amo María de los Ángeles...